Ciudad de Nueva york
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Re: Ciudad de Nueva york
- Gato:
- Contemplo a nuestros enemigos en silencio, pero alerta, flexionado y listo para saltar a cualquier amago de ataque. Le observo primero a él, el mutante termoquinético del cual nos habló Mara, lo suficiente poderoso como para incapacitarla sin que ella pudiera hacer nada. Si es tan poderoso, será mejor no quitarle el ojo de encima. Él a su vez nos contempla, pero no parece que esté demasiado preocupado, pues su posición no es ofensiva ni defensiva. Eso me desconcierta. La mujer a su lado va vestida con uniforme militar, pero nos apunta con una pistola, por lo que no creo que tenga poderes, pero no está de más ser precavido. Ella, también, parece no estar demasiado sorprendida de verse delante de toda una patrulla de Xmen.
- Nos tenías preocupados, cabrón - le dice RJ a Blue al ponerse a su lado.
- ¿Qué coño haces aquí? - pregunta el otro. - Creía que te tenían de rehén.
- ¡Sorpresa!
- ¡Sorpresa mis cojones! - espeta Blue.
RJ suelta una carcajada, y yo no puedo evitar contener na risa ante la exaltación de su reencuentro, pero no dejo de vigilar a nuestros enemigos. RJ posa su mano sobre la nuca de Blue, y al cabo de unos segundos oigo que este suelta una exclamación dolorosa.
- Con cuidado, imbécil - se queja nuestro profesor.
- Usted perdone, princesita - replica nuestro líder de escuadrón.
Veo cómo RJ aparta su mano y en ella distingo un pequeño mecanismo cubierto de sangre y lo guarda en su bolsillo.
- La habéis cagado mucho secuestrando a uno de los nuestros - dice entonces, adelantándose y colocándose en primera línea, entre Mara y yo. - Un placer volver a verte, encanto - añade con ironía.
Le miro de reojo, sin entender, y le veo que se dirige a la mujer, quien le contempla entrecerrando los ojos y gracias a mi vista agudizada distingo cómo aprieta con más fuerza la pistola, como si el comentario, o la simple presencia de RJ le molestara. Por su expresión de asco, deduzco que ha pasado algo entre ellos que desconozco.
- Hubiera preferido un cita tranquila en mi laboratorio, los dos solos - replica ella, con una voz que no me gusta nada.
- Por desgracia para ti, eso nunca va a pasar - responde RJ, y súbitamente tanto su rostro y su tono de voz se tornan serios, demasiado serios. - Baja el arma, y dile a tu amiguete que no se le ocurra usar sus poderes.
Increíblemente, veo que la mujer obedece. Baja su arma despacio, pero en lugar de dejarla en el suelo, se la guarda en su funda.
- En el suelo - especifica RJ.
Sin embargo, la mujer le ignora.
- ¿Sabéis cuál es el problema que tenéis vosotros, los de la Mansión? - pregunta. - Que sois demasiado buenos. Aquí nos tenéis a los dos, completamente indefensos ante... - nos contempla - uno, dos, tres... - empieza a contarnos -, seis, siete mutantes y no habéis sido capaces de reducirnos.
- No me tientes - replica Mara, hablando por todos nosotros. - Yo no soy de la Mansión.
Escucho crujir sus nudillos a mi lado y sé que se está conteniendo para no lanzarle un látigo de pelo y ahogarla ahí mismo.
- Oh, eres tú - comenta despectivamente. - Creía que te habías muerto congelada.
Veo que Mara se gira sobre sí misma lista para lanzar su cabello, pero tomo su brazo rápidamente antes de que lo haga, deteniéndola.
- No - le susurro. - Necesitamos información.
Ella me mira de malas maneras por haberla parado, pero se destensa y vuelve a adoptar la actitud defensiva de antes.
- Ahora que se han cambiado las tornas - dice entonces Blue -, nos vais a contar qué mierda queríais de esa base submarina.
La mujer nos contempla sin ganas.
- Tengo una idea mejor - dice, al tiempo que levanta el brazo, se remanga y contempla su reloj de muñeca con toda tranquilidad. - Vais a dejar que nos vayamos tranquilamente, u os vais a ver terriblemente comprometidos.
Arrugo la frente.
- ¿Qué quieres decir? - pregunto.
Ella levanta la vista de su reloj y solo sonríe, y verla me da escalofríos. Giro la cabeza para mirar a RJ, y su expresión me desconcierta. Tiene la boca entreabierta, el ceño fruncido y taladra a la rubia con la mirada.
- Zorra... - masculla.
Vuelvo a posar la vista en la mujer, sin entender nada, e intercambio una rápida mirada con Finch, quien parece estar en la misma situación que yo.
- RJ, ¿qué ocurre? - le pregunto.
Pero antes de que nuestro líder pueda decir nada, se escucha una fuerte sirena proveniente del edificio central del muelle, seguida de varios pasos y voces lejanas que únicamente él y yo, por nuestros finos oídos, podemos oír. Miro mi reloj. Son las ocho de la mañana. Entonces lo comprendo. La hora de entrar a trabajar.
- No creo que vayáis a arriesgaros a una pelea con civiles de por medio - comenta la mujer, y luego mira a Mara. - Bueno, quizás tú sí, ya lo has hecho antes, pero creo que vuestra querida Mansión quedaría un poco expuesta.
- Puedo encargarme de ti antes de que aparezca nadie - refuta Luke a mi espalda.
- Oh, no lo dudo - responde la mujer. Su tranquilidad empieza a sacarme de quicio. - Pero os advierto que Farenheit no os pondrá las cosas fáciles. ¿Queréis arriesgaros?
Contemplo al mutante, que sonríe sardónicamente. Sabemos que es peligroso y, aunque bien es cierto que no tiene posibilidad contra seis de nosotros, sí que podría causarnos complicaciones si se resiste, y si llegan los civiles, las cosas podrían ponerse muy feas. Todos guardamos silencio, tratando de contener nuestra sorpresa y, a la vez, nuestro enfado ante el súbito cambio de situación. Estos tipos lo tenían todo controlado, tenían un as en la manga por si alguien aparecía, y nosotros no habíamos caído en eso. Miro a RJ, a la espera de su decisión, pero luce igual de indeciso que el resto.
- Bien, creo que la respuesta está clara - declara la mujer, bajándose la manga de nuevo y haciendo por marcharse.
- Espera - la detiene Blue. - No te creas que las tienes todas contigo, porque a ti sí podemos hacerte daño. ¡Amy!
Escucho a mi amiga desaparecer de detrás mío, aparecer junto a la mujer, tomarla por el cuello y volver a desaparecer para aparecer una tercera vez en lo alto de una grúa, pero justo en ese momento, la mujer le toma el brazo con ambas manos y de un limpio movimiento de judo se la quita de encima, propinándole un puntapié que la hace perder el equilibrio y caer de la grúa.
- ¡Amy! - grita Finch.
Pero nuestra amiga se vuelve a teletransportar antes de caer al suelo para volver a aparecer de pie sobre la grúa, sin ningún rasguño. Entonces, noto cómo mis pies se hunden en el suelo, y al mirar hacia abajo veo que el cemento se ha derretido y todos nos hemos hundido hasta las rodillas en él como si fueran arenas movedizas. Giro la cabeza hacia el mutante termoquinético, al que ella se ha referido anteriormente como Farenheit, y justo lo veo levantarse del suelo, que acaba de derretir y solidificar para inmovilizarnos, aprovechando nuestra distracción con la caída de Amy. Veo a Finch intentando volar, pero inútilmente. Yo también intento saltar para liberarme, pero no puedo.
- ¿Qué pretendías hacer, exactamente? - pregunta la mujer desde lo alto.
- ¡Dime qué querías sacar de ahí abajo! - le ordena Blue, tratando de liberarse también, igual que el resto.
- Dile a tu amiguita que me baje, y tal vez lo haga.
Miro a Amy, que es la única que ha quedado libre por encontrarse más lejos que nosotros.
- Si no nos lo dices, te llevo al polo norte, zorra - la amenaza mi amiga.
- Nos arriesgaremos.
Amy mira a Blue, y ante un gesto de este, vuelve a usar sus poderes para posar a la mujer en el suelo y luego se aparta de ella como si pudiera contagiarle algo raro.
- Tu turno - la invita Blue.
- Muy bien - replica ella, taladrándonos con su gélida mirada azul -, he aquí mi oferta: no pienso deciros nada sobre lo que he hecho o dejado de hacer ahí abajo, y puedes decirle a tu amiguita que me lleve a la luna si quieres, porque en lo que tarde en volver Farenheit os convertirá en una masa de carne y cemento - replica, arrastrando las palabras y provocando escalofríos.
Entrecierro los ojos, y no necesito mirar de soslayo para saber que todos mis compañeros hacen lo mismo.
- Estamos iguales - vuelve a decir. - Y las visitas se acercan. Dejadnos marchar y todos viviréis.
Sopeso las opciones, al igual que sé que las están sopesando Blue, RJ y los demás. No tenemos mucho tiempo, y nos arriesgamos a que haya víctimas mortales, entre ellas los inocentes trabajadores que están a punto de llegar. No tenemos opción. Y RJ lo sabe.
- Amy - dice únicamente, y hace un gesto para que la chica se aparte. Ella obedece. Escucho las voces de los portuarios que se van acercando.
La mujer hace entonces un ademán de despedida con la mano.
- Saludad a Vladimir de mi parte - dice, dándonos la espalda y empezando a marcharse
Abro los ojos como platos. ¿Se refiere a Volt? ¿De qué narices lo conoce?
- ¡¿De qué conoces a Volt?! - pregunta a gritos Luke desde detrás de mí.
Pero ella lo ignora, y sigue alejándose. Farenheit la imita.
- ¡Eh! ¡Espera! ¡Sácanos de aquí! - grita RJ.
Farenheit se da la vuelta y sonríe.
- Eso no entraba en el trato.
- ¡Hijo de puta! - grita Blue, enfadado.
Veo a Amy poniéndose en posición de ataque, y el mutante la imita.
- Amy, no - le advierte RJ. - No puedes tú sola contra él.
La chica aprieta los puños, impotente, a sus costados. El mutante vuelve a sonreír y se marcha. Hemos perdido la posibilidad de capturarles, pero al menos tenemos a Blue vivo con nosotros. Aunque ahora tenemos otro problema, y es que estamos hundidos medio metro en un suelo de cemento sólido. Amy se acerca a Finch e intenta abrir el cemento junto a sus piernas, pero en vano. Yo saco las uñas y lo araño, pero solo consigo descascarillarlo un poco. También Luke trata de mover sus piernas muy rápido, sin suerte.
- ¿Qué hacemos? - pregunta Mara, quien también trata inútilmente de liberarse.
Sin perder tiempo, RJ se lleva los dedos detrás de la oreja, a su comunicador.
- ¡Rox! ¡Te necesitamos aquí abajo!
Al instante, comprendo la jugada.
- ¡Amy, tráela, rápido! - pide RJ
Dicho y hecho, nuestra amiga se teletransporta y, al cabo de diez segundos, aparece con Roxxanne quien, al vernos, se sorprende.
- ¿Pero qué demonios...? - empieza, pero RJ la corta.
- ¡Sácanos de aquí, deprisa! - le urge él.
Roxxanne suspira un instante, pero luego se aparta un poco de nosotros. Aprieta con fuerza el puño, del que veo salir un destello, levanta el brazo para coger impulso y luego lo descarga con fuerza sobre el concreto, destrozándolo. El suelo se resquebraja, se abre y recuperamos nuestra movilidad, siendo capaces de liberarnos. Las voces de los trabajadores están prácticamente encima, esta vez suenan agitadas debido al estruendo del golpe de Roxxanne.
- ¡Al jet! ¡Ya! - exclama RJ. - ¡Amy!
Rápida y obediente, la chica toma su mano y la de Finch, quien a su vez toma la mía. Blue pone una mano en el hombro a RJ, quien le da la otra mano a Roxxanne y quien a su vez toma la de Luke. La única que falta es Mara, a quien le ofrezco la mano y que nos contempla sin abrir la boca. Sé lo que está pensando. Hemos cumplido la misión, Allan está libre, pero ahora la estamos obligando a volver a la Mansión. La veo vacilar a la hora de tomar mi mano.
- ¡Mierda, vamos Mara! - exclama Blue.
Como si escuchar su nombre salir de sus labios la despertara de sus pensamientos, levanta la cabeza para mirarle, y finalmente toma mi mano, y Amy nos teletransporta a todos al jet, a salvo.
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